Felipín Bombín
¡Ya está bueno, basta! Me cansé de estar sentado mirando televisión, de sentir que mi cuerpo no tiene nada que envidiarle a una vieja botella de “Fanta”, de soñar con la dieta que comienza el próximo Lunes, y más importante aún, no disponer del tiempo necesario para apreciar lo que me rodea y disfrutar las cosas simples de esta vida.
A partir de mañana ya no tendré que rezar cada vez que necesite hacer parar una micro, por el simple hecho de usar uniforme escolar. Ya no tendré que andar apretado como un fardo de paja aguantando olores a axila y escuchando al chofer reclamar hasta el cansancio para lograr meter más pasajeros a su tormentosa máquina.
A partir de mañana conoceré la furia de todos los automovilistas, aspiraré los saludables gases que emiten los tubos de escape, aprenderé del descriterio de muchos de los personajes con los que nos topamos día a día, conductores, peatones, ciclistas, carabineros, y más. Pasaré a ser de un habitante pasivo, a un constructor activo de esta urbe que nos cobija. He decidido entender el sistema urbano desde una perspectiva íntima y participativa.
A partir de mañana mi bicicleta será una extensión de mi cuerpo, seremos cómplices en todas nuestras aventuras y por sobre todo, comenzaré a acariciar la libertad de decidir mi rumbo, ya sea en las calles como en mi vida.
La verdad es que no empezaré mañana, sino que desde ya estoy rodando por mi libertad.
A partir de mañana ya no tendré que rezar cada vez que necesite hacer parar una micro, por el simple hecho de usar uniforme escolar. Ya no tendré que andar apretado como un fardo de paja aguantando olores a axila y escuchando al chofer reclamar hasta el cansancio para lograr meter más pasajeros a su tormentosa máquina.
A partir de mañana conoceré la furia de todos los automovilistas, aspiraré los saludables gases que emiten los tubos de escape, aprenderé del descriterio de muchos de los personajes con los que nos topamos día a día, conductores, peatones, ciclistas, carabineros, y más. Pasaré a ser de un habitante pasivo, a un constructor activo de esta urbe que nos cobija. He decidido entender el sistema urbano desde una perspectiva íntima y participativa.
A partir de mañana mi bicicleta será una extensión de mi cuerpo, seremos cómplices en todas nuestras aventuras y por sobre todo, comenzaré a acariciar la libertad de decidir mi rumbo, ya sea en las calles como en mi vida.
La verdad es que no empezaré mañana, sino que desde ya estoy rodando por mi libertad.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario